jueves, 10 de noviembre de 2011

Tablas de surf y tablets en la escuela del futuro

A propósito de Mark Prensky
Juan Antonio Ojeda inauguró el congreso Educared con una frase visionaria y programática: “Debemos pasar de la escuela búnker, encerrada en sus cuatro paredes, a la escuela en red, globalizada, interconectada y abierta al mundo”.
Estamos en un momento precioso en la historia de la educación, que algunos lo llevan con demasiado sufrimiento. De esto nos hablará Mark Prensky en el  congreso EC de “Aprendizaje global e impacto de  las nuevas tecnologías”.
El aula del netbook, del cañón, de la pizarra digital, de las intranets es el modelo de aula tecnológica del presente, aunque su implantación no haya alcanzado aún ni siquiera al 20% de nuestras aulas. Con Prensky nos pararemos a pensar si este es el modelo de aula del futuro. No porque vayamos a hablar de tecnología, sino porque vamos a hablar de cuáles son los fines de la educación y esto nos llevará a replantearnos los medios.
Estos días aparecía la noticia de que un instituto en Santander estaba ofreciendo clases de surf como asignatura optativa. Todos los miércoles tenían dos horas semanales de surf práctico, del que se hace con traje de neopreno y en la playa. Sin querer, estaban trabajando la mitad de las competencias LOE: aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal, social, lingüística, etc.
Esto me recordó las palabras de Prensky cuando dice que los mejores profesionales de la actualidad pertenecen a la generación del videojuego, a la generación “nintendo”o  “playstation”. Una generación que ha entrenado sus destrezas de atención múltiple, esfuerzo, previsión, volver a empezar y toma de decisiones.
Son demasiadas las barreras tecnológicas, arquitectónicas y psíquicas que impiden que el alumno pueda hacer un aprendizaje global. Necesitamos una tecnología que permita la conexión personalizada con cada alumno, una alta customización de contenidos y horarios según las preferencias de cada alumno, una movilidad e interacción entre alumnos, dentro y fuera del aula, un enfoque que logre el máximo esfuerzo con grandes ingredientes lúdicos, una educación que sea significativa porque parte de lo que ya es significativo para el alumno, una escuela cooperativa, una escuela Social Media.
En la escuela del futuro habrá tablets o pantallas virtuales o realidad aumentada o inteligencia artificial. Todo esto ya existe en la realidad. Mañana existirá en la escuela y pasaremos de la tabula rasa a las tablets interconectadas.
José María Bautista
Autor de “Todo ha cambiado con la generación Y”

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