Pensamos que a lo largo de los siglos han sido muy lentos los cambios significativos que han provocado la evolución de la historia y de la humanidad, pero seguramente no ha sido así, sino sorprendentemente rápidos. De la tradición oral a la escritura, del pergamino a la imprenta, del privilegio de clase a la generalización de la educación y a la difusión del saber… ¡Qué poco espacio de tiempo ha transcurrido! Ante el cambio, siempre sorprendente, la respuesta del ser humano ha sido positiva gracias a la intuición de los visionarios más atrevidos (sobreviven los que se adaptan mejor al cambio –avisó Darwin) y aún a la más tímida participación de los prudentes o temerosos. Todos ellos nos han preparado para responder hoy al reto sorprendente exigido por la evolución tecnológica, la que nos permite acceder a la información y la comunicación a una velocidad que admira, atrae y al tiempo produce temor.
Posiblemente nadie sabe dónde nos lleva este tren del cambio tecnológico que tenemos que coger prácticamente en marcha, porque somos maestros, y nuestros alumnos hace ya tiempo que cogieron ese tren y van cómodamente sentados, mientras nosotros todavía nos sujetamos con dificultad colgando de sus puertas, a riesgo de caernos. Y resulta que estos chavales que van en el vagón de primera de la tecnología esperan de nosotros, sus maestros, que seamos para ellos un despertador de intereses y de motivación que les ayude y motive a buscar, investigar, crear, … Guía y acompañamiento para salir de sí mismos, de nosotros mismos y contribuir juntos a una realidad mejor de humanidad y futuro.
¿Y para eso es necesario superar nuestro analfabetismo digital, “dominar” esa vorágine de blogs, twitter, ordenadores, webinar, escuela 2.0, etc.?. Pero, ¿cómo si hasta nos asusta?. Lo que es cierto es que estas herramientas están provocando un cambio en el entorno inimaginable hasta hace muy poco, y como tu misión y mi misión en la escuela es la de preparar a los chicos que tenemos en ella para vivir en ese entorno, tu aula y la mía tienen que cambiar para prepararles del mejor modo para vivir en su propia realidad.
Pero no te asustes. Acércate por el XI Congreso de Escuelas Católicas en este mes de noviembre. Verás y aprenderás que el liderazgo educativo, el que te corresponde como maestro, no es imposible para ti. Que tú estás llamado también a hacer posible una escuela distinta, más preparada, más actual. Ven y lo verás. Escucharás a expertos, adquirirás conocimientos, descubrirás visiones nuevas, compartirás otras, disfrutarás de una cita educativa cuestionadora y relevante.
Sonia Ramos
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